NEGLIGENCIA Y DESPRECIO

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Hundimiento del Rana Plaza en Bangladesh



El miércoles, 1 de agosto de 2007, en Minneapolis, en la hora punta de la tarde se derrumbó el puente sobre el río Misisipi. Murieron decenas de personas. Dos años antes un informe oficial del Departamento de Transportes determinó que, de ciento veinte puntos para medir la seguridad de la estructura, solo obtuvo cincuenta, por lo que se recomendaba su urgente sustitución.
Negligencia, desprecio por la vida humana del todopoderoso sistema del capitalismo de costes, y despreciables políticos, fueron las causas del desastre.
El 24 de abril de 2013, en Dhaka, capital de Bangladesh, el Rana Plaza, un imponente edificio, colapsó. Se trataba de una estructura de ocho pisos ocupado en su mayoría por fábricas de ropa. Aparecieron amenazantes grietas que aconsejaron el desalojo. Pero los trabajadores de las fábricas recibieron orden de volver al día siguiente. A la hora punta ocurrió lo peor: el edificio se vino abajo sepultando a miles de personas. Las cifras oficiales al cierre de las labores de rescate fueron de 1129 muertos y 2515 heridos. Sin embargo, con el boom de la industria textil en Bangladesh (mano de obra barata y condiciones laborales de semiesclavitud) el Gobierno capitalizó un “éxito” económico tremendo que su población no compartió.
Negligencia, desprecio por la vida humana ante el todopoderoso sistema del capitalismo del lucro y el beneficio, y despreciables políticos, fueron las causas del desastre.
El 14 de agosto de 2018, el puente Morandi en Génova se derrumbó. Dejó decenas de muertos y heridos sobre lo que ya era una tragedia anunciada. En 2016, el ingeniero Antonio Brencich, profesor de la Universidad de Génova, calificó el puente de fracaso de la ingeniería: “Este puente está mal hecho, y tarde o temprano habrá que demolerlo”, había dicho.
Negligencia, desprecio por la vida humana ante la poderosa industria del capitalismo, junto a despreciables políticos fueron las únicas causas del desastre.
El 24 de junio de 2021, en Miami, el Champions Towers South, un edificio de doce plantas y más de cien apartamentos colapsó parcialmente. Entre 1993 y 1999, Shimon Wdowinski, experto en peligros naturales y aumento del nivel del mar, realizó un estudio sobre los hundimientos que colapsaban la zona: el Champions Towers South sobresalió como uno de los lugares que mostraba mayor hundimiento. El movimiento del edificio permaneció durante años sin que ninguna autoridad interviniera.
De nuevo la negligencia, el desprecio capitalista por la vida humana, y despreciables políticos que solo supieron mirar hacia otro lado, posibilitaron la catástrofe.
Me pregunto, ¿Cuántas más habrán de ocurrir bajo ese denominador común?
De la práctica política de mirar hacia otro lado, en España sabemos bastante: Doñana, el Algarrobico, Mar Menor, Daimiel, autopistas y trasvases insostenibles, y tantas y tantas actuaciones similares, son visiones económicas desde el mismo prisma económico del capitalismo, que amenazan y desprecian a futuro la estabilidad y la seguridad de la vida humana, animal y vegetal. Lo último, la derogación de la moratoria de construcción en la costa murciana; barra libre al capitalismo del hormigón. Y si no hay costa libre, ni recursos hídricos, ni respeto ambiental, siempre habrá buenos pelotazos para constructores, inmobiliarias y políticos de los de banderita de España en el reloj. ¡Jodidos patriotas de gomina y bolsillos llenos!
 Pues me la suda vuestra patria —así, en minúscula—, por delante y por detrás.

Puente Morandi en Génova


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