Anatomía Hidráulica de los Ojos del Guadiana (I)

Imprimir

por Pablo Doncel Fuentes.

El Río Guadiana nacía gracias al caudal sobrante del acuífero manchego occidental, recurso que era aprovechado en sus primeros cincuenta kilómetros por dieciséis molinos hidráulicos. Este conjunto industrial perduró hasta la segunda mitad del pasado siglo, cuando distintas obras de drenaje y desecación junto al agotamiento del acuífero, provocaron un yermo panorama donde agua y vida imperaron durante siglos. El primer objetivo de esta investigación independiente, desarrollada en la sección de humedales del CREA y en la Escuela de Caminos de la UCLM, es caracterizar el sistema hidráulico original a través de geo-historiografía y trabajos de campo integrados en un sistema de información geográfica, con el objeto de simular su hidrodinámica prístina con el modelo IBER bajo condiciones de avenida. Los resultados permitirán estimar la capacidad de carga hidráulica y de laminación de avenidas de los dieciséis azudes y molinos en operación en el siglo XVI, que servirán de escenario base para analizar el impacto de las obras de drenaje venideras. Estos parámetros son esenciales en cualquier proyecto de restauración fluvial orientado a recuperar el dominio público hidráulico histórico y mitigar los potenciales efectos del cambio climático. 

INTRODUCCIÓN

El más anómalo de los ríos peninsulares presenta en su tramo alto una morfología pantanosa, con cauce difuso sin pendiente pronunciada, donde emergía un caudal constante de agua cristalina (Hemández Pacheco, 1955). Esta zona privilegiada de la llanura manchega fue objeto de asentamiento humano al menos desde la Edad de Bronce, dónde destacan los yacimientos arqueológicos de Los Toriles y Calatrava la Vieja (Urbina y Urquijo, 2017) que jalonan hasta dieciséis molinos hidráulicos alimentados por pequeñas presas (Figura 1). 

Figura 1 | Zona de estudio sobre Mapa Topográfico Nacional 1:200.000 (MTN25 Raster; IGN ©, 2008).
Figura 1 | Zona de estudio sobre Mapa Topográfico Nacional 1:200.000 (MTN25 Raster; IGN ©, 2008).

Estos azudes se construyeron con arcilla y caliza local, presentando sección trapezoidal de pocos metros de altura y un trazado polivalente que dirigía el flujo hacia la casa de máquinas, sirviendo de aliviadero y paso entre orillas. Esta tipología híbrida entre pie de presa, derivación y fluyente (ICOLD, 2017), exhibe hasta cuatro configuraciones distintas en la zona de estudio (Figura 2). Arquitectónicamente, el edificio tipo se dispone con una estructura adintelada simple sobre muros de sillería o tapial, coronada por cubierta a dos aguas de teja curva, destacando las bóvedas de medio punto y tajamares que conforman los canales hidráulicos (Jérez García, 2005), destacando (8) Molemocho como el único molino rehabilitado en la actualidad (Figura 3). 

Figura 2 | Tipología de azud asociado a molinos hidráulicos fluyentes o de ribera presentes en Los Ojos del Guadiana.

El origen de esta infraestructura es incierto, conservándose referencias castellanas del siglo XII cuando las huestes cristianas conquistan Calatrava. Sin embargo, la primera descripción cuasi completa del sistema se recoge a finales del siglo XVI, en las Relaciones Topográficas de Felipe 11 (Campos y Sevilla, 2009). Desde entonces, se constatan licencias de rehabilitación, así como denuncias y pleitos entre propietarios colindantes por afecciones o perjuicios en la operación de los molinos, especialmente durante inundaciones (Santos y Campo, 2009), que alimentaron la necesidad de regular el sistema. Problemática abordada por posteriores proyectos Ilustrados (ACGE, c. 1780), estableciendo límites en los niveles máximos de embalses por medio de aliviaderos, derribando azudes o incluso dragando el cauce. 

Figura 3 | Imagen aérea de (8) azud alado y molino de Molemocho (Google Earth, 2016); Vista desde aguas arriba (2015).
Gran parte de los molinos han estado en funcionamiento hasta la segunda mitad del pasado siglo, cuando el Estado financió y ejecutó la canalización masiva del lecho y destrucción de todos los azudes. La maquinaria pesada obró en pocos meses el drenaje de la zona, pero la desecación completa acaeció años más tarde, cuando la sobreexplotación del acuífero por usos agrarios descontrolados provocó el cese de aporte de agua a través de los Ojos (BOP Ciudad Real, 1987).

Ante esta situación y en aras de recuperar la memoria de este sistema hidráulico, el primer objetivo es interpretar sus caracteristicas físicas originales a través de geo-historiografía retrospectiva (Ruiz-Bellet et al., 2015), apoyada en cartografía y trabajos topográficos e interpretativos de campo, integrado en un sistema de información geográfica (GIS) (Figura 4).

Figura 4 | Geolocalización de azudes y molinos históricos sobre PNOA (MDT05-LIDAR; IGN ©, 2009).

Esta parametrización física definirá el modelo hidráulico bajo condiciones de avenida, situación más desfavorable para distinguir aquellas afecciones operativas entre molinos que definiría la capacidad de carga hidráulica del sistema, entendida como el máximo de aprovechamientos capaces de coexistir en un determinado espacio sin producir interferencias.

Por último, el modelo permitirá esbozar la capacidad de laminación del sistema prístino, a través de la máxima superficie inundada y volumen embalsado, que aportará evidencias para la recuperación del Dominio Público Hidráulico y su posible impacto hidrogeológico. Estableciendo la línea base para futuros escenarios que simularán el devenir hidráulico de los Ojos del Guadiana, actualmente en elaboración.

____________________________

Ver el artículo completo en PDF:
Anatomía Hidráulica de los Ojos del Guadiana (I)

Pablo Doncel Fuentes; ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, por la Universidad Politécnica de Madrid. Especialista sector hidráulica

Publicar un comentario

0 Comentarios